viernes, 24 de junio de 2011

Taquicardia a medianoche

Sueños -tal vez irrepetibles- de una noche de verano. Sueños que hacen que quiera volver a quedarme dormida  para que siga durante toda la noche. Aunque más bien consigue el efecto contrario.
La taquicardia y el temblor de estómago por los nervios, como si todo hubiera sido real... Cómo me acuerdo de esa sensación.
Me quedo mirando fotos, leyendo diarios perdidos entre el desorden de mi habitación y aunque con un nudo en la garganta, no puedo dejar de sonreír y de vez en cuando una carcajada con casi la misma intensidad que entonces. Pero sólo casi.
Un rato a la cocina a por alguna infusión relajante con una, dos, tres, cuatro valerianas que poco hacen a favor de mi sueño pero que calman ligeramente el descontrol de la adrenalina. Pero mucho cuidadito con la música, está radicalmente prohibido, tampoco se trata de torturarse... Sólo son lícitas las sonrisas y las ganas de volver a dormir. Otra vez a la cama que de vez en cuando casi huele a tu colonia.
Me agarro a mi almohada con todas mis fuerzas. Quién sabe cómo pueden acabar los sueños, quien sabe cómo pueden acabar las noches de verano.
P.

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