viernes, 3 de junio de 2011

Desaparece

Sólo espero no volver a verle. 
Sí, fue hace exactamente dos años en una fiesta como otra más. Bueno, como otra más no... aquella fue diferente. Es mas, a partir de ese momento todo cambió.

En realidad debí de darme cuenta, porque en cierto modo ya nos conocíamos de antes, y debí intuir a por qué venía, aunque me lo negase mil veces creo que nunca llegué a creerle
Porque en la teoría fue el primero, pero en la práctica eso queda muy lejos de la realidad. Es cierto: fue el primer "te quiero" a la cara, el primer beso, la primera salida.
El primer grupo, los primeros amigos, las primeras miradas, los primeros nervios.

 



Pero ¿de qué sirve todo eso si en realidad fue mentira? sí, lo admito. fue todo mentira. o al menos, no tan verdad como debía haber sido. Nunca estuve realmente segura de qué era lo que estaba haciendo pero supungo que supe cortarlo a tiempo. Lo siento, en serio, pero es que nunca me llegó a emocionar ningún abrazo o que me diera la mano siquiera. de hecho al final hasta se me hacía desagradable.
Y cuando quise terminar con aquello... pues sí, mira, sólo se me ocurría un "no es por tí, es por mí".
O... no sé, tal vez sí fuese verdad ¿no? Puede que fuese verdad pero que más tarde, comparándolo con otras personas o relaciones me debí dar cuenta que nunca fue ni la mitad de lo que debiera haber sido.
¿Me arrepiento? Pues en parte sí. Perdí el tiempo y gané agobios pero también gané experiencia en -casi- todos los sentidos.

Aunque ciertamente parece que no consigo aprender de mis errores, porque al recibir la misma llamada de aquel número que debió ser el más marcado, aunque en realidad no lo fue, sentí que debía contestar. Puede que eso volviese a ser un error, pero tampoco puedo decir que no disfrutara con esa llamada de dos horas y pico. La verdad es que me reí mucho, tanto que a las 4 de la madrugada, y con un examen acercándose con cada minuto que pasaba, tampoco tenía demasiadas ganas de colgar.

No digo que fuese lo más esperado, pero me puso nerviosa la idea de que al día siguiente estuviera en la puerta esperándome después de clase. Un paseo hasta mi casa, dos besos sin mucho sentimiento por mi parte y un "ya hablaremos". "Pues parece cambiado" fue la frase de aquel fin de semana.
"Tropecé de nuevo y con la misma piedra" decía J. Iglesias y vaya que si lo hice, ese mismo lunes no pude sorprenderme más.
Pues que lástima si realmente pensó que mis intenciones iban más allá. Porque hablamos de problemas, de exámenes, del verano, de melocotones y de ojos verdes. sin posibles confusiones, sin ligoteo tonto ni fácil, porque tanto tiempo después, habiendo terminado yo con todo aquello, eso no habría tenido lugar.
Pero ¿y esas mentiras? ¿y esos cotilleos? Qué decepción.
Por supuesto mucho mejor sola que mal acompañada.
P.

No hay comentarios:

Publicar un comentario