viernes, 24 de junio de 2011

Summer time. Total relax.

Lo echaba tanto de menos… Piscina, el calor que casi marea y que va bronceando la piel, helados refrescantes que sacian más que nunca. Después de un largo invierno, tanto tiempo sin ver el sol de esta manera ahora se ha convertido en el mejor regalo de todos. 

El único objetivo parece ser disfrutar, sin estudios ni colegio, sin los pequeños problemas diarios. Pero perder el tiempo ahora sería un crimen, un dulce crimen más bien, que por supuesto pienso cometer en cuanto llegue a la playa. Sólo necesito sentir el salitre marino.

De momento, entre chapuzón y chapuzón en la piscina, algún refresco –y dependiendo del día, quizás un Malibú con piña muy fresquito- para acompañar el proceso de orden que tiene que sufrir mi habitación, 


desempaquetar todas las cajas apiladas en los pasillos, colocar cada pequeño objeto que trae consigo un recuerdo. Por eso es un proceso lento.


Y hacerse a un nuevo idioma también, así que de ahora en adelante mi estilo personal va a estar realmente très bien, y se inclinara por un estilo ligeramente mas chic.


 

También hay tiempo para paseos en bicicleta, helados de madrugada, picoteo entre horas, devorar la ELLE página a página y paseos cotilleando la nueva urbanización. por supuesto caben algunas compras veraniegas que acompañan al buen humor y son imprescindibles antes de partir olvidando Madrid...  








Porque no son pocas las cosas que me esperan este verano: 
 un poco de desfase por Fuengirola, con horas de playa y cartas, aventurándonos más bien a lo desconocido...
el calor de Madrid, estrenar casita de lujo, horas en la piscina, la JMJ...

el mar de Alicante, sus siestas eternas, los amaneceres, comidas mediterráneas, los pinares, el levante, los paseos marítimos... 
de nuevo por tierras de felicidad, el sol de Málaga, el terral, el ambiente sureño, las noches, las risas, los personajes, los amigos, el acento andaluz...
En definitiva, algo increíble, algo que siempre me hará sonreír... Algo... Llamado V E R A N O.
P. 

Taquicardia a medianoche

Sueños -tal vez irrepetibles- de una noche de verano. Sueños que hacen que quiera volver a quedarme dormida  para que siga durante toda la noche. Aunque más bien consigue el efecto contrario.
La taquicardia y el temblor de estómago por los nervios, como si todo hubiera sido real... Cómo me acuerdo de esa sensación.
Me quedo mirando fotos, leyendo diarios perdidos entre el desorden de mi habitación y aunque con un nudo en la garganta, no puedo dejar de sonreír y de vez en cuando una carcajada con casi la misma intensidad que entonces. Pero sólo casi.
Un rato a la cocina a por alguna infusión relajante con una, dos, tres, cuatro valerianas que poco hacen a favor de mi sueño pero que calman ligeramente el descontrol de la adrenalina. Pero mucho cuidadito con la música, está radicalmente prohibido, tampoco se trata de torturarse... Sólo son lícitas las sonrisas y las ganas de volver a dormir. Otra vez a la cama que de vez en cuando casi huele a tu colonia.
Me agarro a mi almohada con todas mis fuerzas. Quién sabe cómo pueden acabar los sueños, quien sabe cómo pueden acabar las noches de verano.
P.

miércoles, 22 de junio de 2011

Algo prestado.

Hace unos meses escuché unas palabras que hicieron emocionarse a muchos, y llorar a otros tantos. Nunca me llegué a considerar una fanática de la película española con más taquilla del año. No por nada, muy bonita, pero me parecía que, al igual que el libro, aquellas frases aparentemente inconexas entre sí no llevaban a nada... hasta que este fin de semana -momento de máximo descontrol- alguien se encargó de recordármelas.
"Justo entonces intentas recordar en que momento comenzó todo y descubres que todo empezó antes de lo que pensabas…
Mucho antes…y es ahí justo en ese momento cuando te das cuenta de que las cosas solo ocurren una vez, y que por mucho que te esfuerces, ya nunca volverás a sentir lo mismo, ya nunca tendrás la sensación de estar a tres metros sobre el cielo."

 
El otro día lo recordamos. Pues sí, todo empezó mucho antes, y ya no hablo sólo de cuando empezamos a oír hablar del otro. Hablo de cuando nos conocimos...
De aquella coincidencia en medio de la nada, de aquel "espero verte pronto" con aquel abrazo injustificado, de nuestras caras cuando realmente volvimos a vernos. Y  a partir de entonces, de cada conversación hasta llegar al "cuenta conmigo para lo que necesites".
Porque hay frases que lo cambian todo.

"Si las circunstancias fueran diferentes todo sería distinto... Y los dos lo sabemos" Es una de ellas.

Cada frase cuenta, cada mirada. Nada deja indiferente cuando la estabilidad no existe y sabes que de repente todo puede cambiar.

Y lo sé, genera muchisima impotencia no saber si esto servirá de algo, ¿lo estaremos haciendo bien? Y es que aún queda tanto por hablar y es tan poco lo que nos podemos decir por el miedo a equivocarnos...
 
Pero es cierto, las cosas solo ocurren una vez. Es lo correcto, lo que mejor podría venir, pero no quiero decir adiós. Y me encanta que tú me repitas que no va a ser así.


Fue un camino muy largo, lleno de esfuerzos, igual que ahora, pero esta vez no hemos tenido tanto tiempo. Desgraciadamente el camino a recorrer no ha podido ser más largo... Y toca decir adiós prácticamente al tiempo de haber dicho hola. WTF?
Hablo de esas sensación de no poder ni querer comer, de meterse a la cama con el estómago temblando, de dormir tres cuartos de hora por la noche, de despertarte con una sonrisa, de reír de repente sin ningún motivo, de disfrutar el doble cada canción, el de sentir adrenalina.
Y esta vez eres tú, mi H. personal, el que hace que vuelva a vivir todo eso. El que se hace el duro por fuera, pero por dentro es una de las mejores personas que he conocido, que se vuelva ante el sufrimiento de los demás. El que está aprendiendo a frenar y pararse a pensar las cosas.
 

"Entiendo perfectamente la preocupación. Soy un tipo que va por la vida en moto, dando bandazos a 200 por hora porque no quiero darme cuenta de lo que pasa a mi alrededor... Pero de repente aparece alguien que te dice que tranquilo... que aflojes... y cuando aflojas te das cuenta de las cosas."



Porque cuando tenemos un hueco libre lo empleamos con la persona que nos entiende, aunque no sea la que debería ejercer ese papel. Porque es precioso guardar un secreto, pero en el nuestro el contenido da vergüenza. Porque cada vez que tenemos dinero, decidimos gastarlo juntos. Y aún cuando tenemos dinero suficiente, esa copa la compartimos, aunque luego toque pedir otra.



Hasta tenemos planes de futuro, nos sacaremos el carnet a la vez y gastaremos la gasolina en recoger a la gente inadecuada. Somos de lo que no hay. Tú estás loco y yo estoy más guapa callada. Tú andas por la vida sin pausa pero sin prisa y yo no sigo modas.
¿Pero qué quieres que te diga? Johnny, la gente está muy loca. Y, como tú me dices cada día, los dos lo sabemos.

- ¿Me haces un favor?
- ¿A tí? Lo que quieras

GIVE ME EVERYTHING TONIGHT

 Dear dutty love: Be happy, be free. I learn from you, I learn with you.
And unfortunately... I love you.
P.

At last, last day of class!


Lágrimas, abrazos, besos, más lágrimas y la frase de todos los años: "Prometo llamarte, este año sí que sí" y la respuesta correspondiente "Por supuesto y yo a ti, te voy a echar muchísimo de menos" 
A ese último momento de curso se une la tensión acumulada por los exámenes finales, y los efusivos abrazos de gente que seguramente ni hayas hablado con ella durante todo el curso pero que sin embargo también provoca que el nudo en la garganta se haga mayor, aunque luego ni la vayas a echar de menos. Pero la verdad es que también crees que no vas a echar de menos a esa profesora que te ha estado molestando todo el curso y resulta que al final... también te cuesta despedirte.  ¿Suena irónico verdad?
Pues todo es absolutamente verdad, los propósitos son sinceros y llevan consigo toda la emotividad posible pero al final, como todos los años... 
seguramente nadie quede con nadie (aunque se hayan ido a veranear a la misma ciudad) y normalmente si sales de Madrid tampoco nadie llame a nadie mas de tres veces durante los tres meses correspondientes, y no es que esas personas dejen de importar, al revés, sino porque para llegar en Septiembre con millones de cosas que contar, antes hay que vivirlas intensamente y eso no se consigue si no se desconecta de Madrid, de su ruido, de su gente. Del Retiro, de la Gran Vía, de los atascos de la M-40, del ruido de los tacones y del viento de la llegada de los vagones de Metro.

Porque no, hay que saber discernir, y el verano es otra cosa: Es otro ambiente, otra estación, otros lugares, otras experiencias, otro tipo de sonrisas, otras personas, otros horarios, otras comidas, otros planes. Son esas cosas que nos llenan y recordamos durante todo el año para no olvidar que merece la pena el esfuerzo, porque luego tiene su recompensa.
 
En otras palabras, el uniforme puede ir guardándose solito en algún cajón perdido de la casa porque los vestidos, las toallas, las chanclas, los pantalones cortos y las camisetas de tirantes no le van a dejar espacio. Y al estuche y libros lo sustituirán la crema solar y las revistas. 

Y tras un curso largo, difícil y muy trabajado, por fin, después de tantos meses pudo decir lo que llevo esperando nueve meses:
Bienvenido Verano.
Pitu.

lunes, 13 de junio de 2011

Saltarse las reglas

Tal vez, y sólo tal vez existe la posibilidad de que pierda y arruine mi vida, aunque realmente si eso ocurre no me importará.

No creo en el destino, ni en los horóscopos ni en que mi futuro pueda estar inscrito en una mano que de tanto lavarla, las líneas deben estar desviándose. Pero sí, todo pasa por algo. y lo que tenga que pasar pasará, de eso puedo estar 100% segura.


Arriesgarlo todo de vez en cuando es incluso divertido, más aún si tengo que poner mi vida patas arriba. Tendré que luchar contra todos mis principios y saltarme todas las reglas establecidas por los adultos, la sociedad e incluso por mí misma... Puede que tenga que manchar mi reputación algún tiempo pero no dejaré de sonreír, al menos tendré un bonito recuerdo.

Demasiadas apuestas en muy poco tiempo. Y todas apostando lo mismo, ¿no será demasiado arriesgado?
Bah, que más da... me gusta los retos.
Y además, tengo demasiada confianza en mi apuesta así que sólo digo algo: 
Por vuestro bien,
Buena suerte.


P.

sábado, 11 de junio de 2011

Me pones a cien.








[Hace un tiempo me enviaron un email titulado "Por qué a los chicos les gustan las chicas" la verdad es que era precioso pero para hacer justicia ellos también deberían tener unas líneas de qué es lo que nos enamora de ellos, qué es lo que hace que nos volvamos loquitas y que nuestras hormonas se agiten como una botella de gaseosa. ]

1. Siempre huele bien, y más aún cuando se pone esas colonias seductoras
2. Su hombro siempre parece tener el hueco perfecto para apoyar la cabeza.

3. Lo guapo que está mientras duerme
4. La facilidad con que te enrosca en sus brazos
5. Lo increíble que se vuelve todo cuando te besa
6. Lo gracioso que es cuando come
7. La forma en que espera horas y horas mientras que te arregles para salir, y al final repite una y otra vez "estás preciosa".
8. La temperatura cálida que conserva aunque fuera haga 30 grados bajo cero.
9. Siempre está irresistible, sin importar lo que lleve puesto
10. La forma en que siempre te piropea, sabiendo que es lo que más te puede gustar del mundo.
11. Lo tierno que se pone cuando discute
12. La forma en que su mano siempre encuentra la tuya
13. La forma en que sonríe
 14. La sensación que sientes al ver su número en el identificador de llamadas.
15. El momento en el que dice: “no me gusta discutir contigo” aunque tú bien sabes que una hora después.... parece no recordar haberlo dicho.

16. La forma en que te besa cuando haces algo por él.
17. La forma en que te besa cuando le dices “te quiero”
 
18. En realidad... sólo la forma en que te besa....
19. La forma en que te consuela cuando lloras y su forma de secarte las lágrimas teniendo tanto cuidado como si fueran a romperse.
20. La forma en la que sufre al verte llorar.
21. La forma en que te dice “te echo de menos”
22. La forma en que le echas de menos
23. La forma en que te mira, consiguiendo decir absolutamente todo con esa mirada.

Porque una vez en tu vida, sin importar lo que sean para el mundo, se convierten en todo para ti. Y es en el momento en el que les miras a los ojos, miras en lo profundo de su alma y dices un millón de cosas sin sentido, cuando te das cuenta de que tu vida está inevitablemente dependiendo de los latidos de su corazón. 
Les amamos por un millón de razones, pero ninguna será más fuerte a que ellos completan el sentido de nuestra existencia. Adrenalina... Un sentimiento que sentimos al 100% cuando estamos con ellos.

[Tu colonia. Tu ropa. Tu mirada. 
  Tu sonrisa. Hasta tu pelo mañanero.

Ellos. Seductores por naturaleza.












P.]