martes, 16 de agosto de 2011

Cuestión de reencuentros



Just a year later. Nada más dulce que volver a caminar por las calles que llevo un año recorriendo sin necesidad de pisar. “Esa ciudad de la que nunca te fuiste”.  Porque en realidad, nunca me llegué a marchar.

La misma taquicardia que entonces, y una impresión tan fuerte que hasta respirar se hace difícil… No hacen falta palabras, y tampoco las hay.

La emoción de recorrer cada rincón que lleva consigo un recuerdo, una foto, un abrazo, un beso. Todas las sensaciones que pueden caber en un verano perfecto, concentradas.
Para enamorarse de una ciudad, hay que enamorarse de su gente.
Los reencuentros más esperados del año, los mismos planes de los que nunca me cansaré.
Nos ponemos rápidamente al día de todo un año, porque nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos; pero sorprendentemente, la amistad sigue intacta.


Días en la piscina, noches en la playa. Summer secrets. Friendship. Love. Desfase veraniego. Acento andaluz y sobretodo risas, muchas risas… Y miles de momentos que pasarán a ser recuerdos durante otro año… Hasta el verano que viene.



Sabemos lo que hay, esos momentos no son eternos. Duran lo que duran y son breves pero muy intensos; precisamente lo que los hace tan especiales.
Y sí, las despedidas son especialmente duras, porque doce meses dan para mucho y ninguno sabemos qué podrá pasar en ese tiempo, qué será lo que nos contaremos al reencontrarnos de nuevo…



Sé lo que lo echaré de menos… Pero esta vez sí que me marcho, aunque dejo un trocito de mí allí.
Porque cada verano tiene una historia que contar a la vuelta, y nosotros hemos escrito la nuestra un año más.

“Ahora este sitio está lleno de noches sin arte, de abrazos vacíos”

No importa, algo ha quedado claro este verano: Muito mais é o que nos une, que aquilo que nos separa. Y también que, efectivamente, necesitábamos el Sur para no perder el Norte.
Sólo necesitamos un verano para arreglar el mundo.
Nos vemos pronto,
P.

No hay comentarios:

Publicar un comentario