domingo, 23 de enero de 2011

Un año después.

Vuelve a sonar esa canción tan preciosa, con tanto contenido. Y vuelven a sonar las mismas voces. Vuelve a oler a jara mojada. Y es entonces cuando recuerdo todo eso que parecía estar dormido en mí. Me vuelvo a enamorar de la bondad, de la tranquilidad, de la capacidad de admirar. 
 Y recuerdo que vale la pena ser bueno porque al final del camino habrá alguien por quien el esfuerzo habrá merecido la pena. Y que en realidad, no hay prisa. No hay ninguna razón para agobiarse ni correr.
Y parece mentira, pero eres precisamente tú quien me recuerda que lo que menos importa es el dinero, que pasarse la vida debajo de un puente no es tan importante si la pasas con esa persona especial que cada uno tiene destinada.

Prometo volver a mirar aquel tejado ilusionada. Prometo volver a seguir las prioridades de mi vida. Y prometo volver a valorar las cosas que tenía olvidadas.
Como dije una vez: Y vivir así, yo quiero vivir así. Sé que no es el momento para que pase algo. Quiero volverte a ver.

Eres la razón de que vuelva a sonreír.
Mucho más que una bebida. Un concepto de felicidad.
P.
o C. En realidad, no importa.

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