Sumergida entre exámenes

¡S.O.S! Se busca cerebro inteligente que sepa resolver sin problemas ejercicios de economía, filosofée cuan Aristóteles y analice sintácticamente en cuestión de segundos griego y latín, porque yo ya no puedo más. Estoy deseando que se acabe esta terrorífica semana: Profesoras de mal humor andan gruñendo por los pasillos. Supongo que les gusta tanto Halloween que han decidido adelantarlo nueve meses y alargarlo seis días; pero por desgracia, en vez de repartir chuches, reparten exámenes y suspensos...

Stop a todos los momentos de relax y por supuesto a los vicios. Sólo se permiten algunos básicos para sobrevivir. Té. Café. Burn. Redbull. Madrugones. Té. Té. Más madrugones. Estudio hasta altas horas de la madrugada.
Últimamente despertarse para saber que todo lo que hay frente a ti es una pila de libros, horas de estudio y poco más, no es precisamente, lo que se llama un incentivo para apagar el despertador y ponerse en pie. Es un época en la que la única conversación que mantienes con el resto es: “¿Te lo sabes?”; “No ¿Y tú?”;”Yo tampoco... cuanto más estudio menos me lo sé”; “Yo lo dejo ya… Suspenderé de todos modos”.

Justo antes de repartir los exámenes todo el mundo empieza a sacar de la nada definiciones y fórmulas que nunca antes se habían pronunciado, y que todo el mundo parece saberlas y recordarlas menos tú. En ese momento se me bloquea la mente y para variar, me quedo en blanco. Lo único que me tranquiliza es el hecho de que la mayoría de las niñas que sacan todo dieces te dicen que no se lo saben, y como buena ilusa, siempre cuela. Pero a la hora de la verdad los resultados son bien diferentes. “¿Pero no me habías dicho que no te lo sabías?” “Claro, no me lo sabía para 10...SÓLO he sacado un 8'5” y lo único que puedes hacer es sonreír y decir...”¡Claro! Al fin y al cabo, ¡La vida es así!” Bueno, a todo esto...Mañana tengo dos exámenes y realmente no me lo sé...Para 10... 

¡Vamos a por todas!

P.