sábado, 12 de febrero de 2011

OHANA



Hace algún tiempo una amiga me dijo que las personas con las que podrás contar en un futuro se pueden contar con los dedos de una mano, le dí la razón, me parecía un dicho un poco exagerado pero muy acertado y sin embargo hoy me río de aquella actitud... qué cierto es.

 Hace algún tiempo también me sacó de un pozo, gracias a ella volví a sonreír. Por circunstancias tontas, después de experiencias compartidas intensas, divertidas, duras, buenas y malas poco a poco el volumen de nuestra amistad sonaba un poco más bajo de lo normal; pero una escapada necesaria de la clase de economía, fue el resultado de horas encerradas en los baños del colegio hablando. Nunca jamás aproveché tanto una clase y esas horas se van a quedar conmigo para siempre, nunca las voy a olvidar, me hicieron recordar muchas cosas, ordenar mi cabeza, y después de lágrimas y un abrazo consiguió que saliese sonriendo de allí. Una sonrisa de verdad que reflejaba no sólo alegría, sino mi estado interior, cosa que no pasaba desde hacía mucho.
 Das y recibes. Porque eso es el amor. Porque amar desinteresadamente es lo mejor que se puede hacer, pero si es recíproco se pasa a un estado de sentirse al 100%, de absoluta plenitud. Porque son las personas que nos hacen felices, son realmente especiales, se vuelcan, dan todo de sí e irremediablemente se vuelve algo voluntariamente recíproco. Con tan sólo tenerles al lado todo cambia y cuando no están con nosotros, cómo se las echa de menos. Son las personas que nos quieren, llenan nuestra vida, no importa la distancia que nos separe, importan de verdad, forman parte de nuestra ohana.
Porque Ohana significa familia y familia que estaremos juntos siempre.
Y eso es algo que nunca cambiará, y en lo que realmente no influye el tiempo que lleves conociendo a esa persona. No te engañes, el tiempo no es un factor clave en esto; a lo largo de tu vida te sorprenderás positivamente de quien menos te imaginas y negativamente de alguna que otra persona que te prometió que siempre estaría ahí; puedes llevar toda la vida junto a una persona y eso nunca implicará que vaya a estar ahí cuando tengas 80 años. Por supuesto quedarán en la memoria, serán parte de nuestros recuerdos, habrán llegado a ser parte de nuestra vida en algún momento, pero no de nuestra Ohana, es decir de nosotros mismos.
Con ellos no hay que fingir, nos quieren y nos aceptan tal y como somos, sin pegas, sin condiciones, con una sonrisa. Te sientes a gusto, en casa, en ese lugar que tiene cada persona en el que se siente pleno, que ve y respira la felicidad, "just like Heaven". Claro que si no estuviesen ellos allí no sería lo mismo. Porque son nuestra felicidad y llenan cada sitio. No necesitamos más... Pero tampoco menos.
Forman y formarán parte de los mejores momentos de nuestra vida, muy cortos pero muy intensos. Porque las mejores cosas son aquellas que duran menos, porque no seríamos capaces de soportar tanta felicidad concentrada mucho tiempo y que podemos recordar toda la vida. Y entonces pasan a nuestros recuerdos.
No tengas miedo de recordar, me dijo, los recuerdos son reales, disfruta de ellos, y no tengas miedo a soltar una enorme sonrisa cuando lo hagas, ni de escuchar las canciones que te lo recuerdan, porque esos recuerdos son tuyos y nunca nadie te los va a poder quitar. Nunca nadie por mucho que quiera, podrá borrar esos momentos.

Y mira a tu alrededor, dime quien se alegra por ti tanto como tú, quién está mal cuando estás mal, quien disfruta de tus cosas aunque sean tonterías, y quien no se conforma con un "no te preocupes" sino que te ayuda a afrontar el problema hasta el final y te acompaña hasta que se soluciona, dime a quién imaginas contigo cuando seas mayor; porque sin duda, quien cumpla todos esos requisitos será parte de tu verdadera Ohana.


Hoy miro a las estrellas y me apunto a viajar a ellas esta noche. ¿Te apuntas? La segunda estrella a la derecha y todo recto hasta el amanecer. A las 00.30, sé puntual. Heaven, just a dream.

P.

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