jueves, 30 de diciembre de 2010

Memorias de 2010

A este año le quedan pocas tardes y menos noches. Sin poder dormir después de un día bastante intenso de compras y salidas por el centro de Madrid, sólo apetece echarse en el sofá y ver fotos.

Es increíble lo rápido que se puede pasar el tiempo sin que apenas te des cuenta. Hace nada estaba despidiendo el 2009 y arreglándome para la fiesta de Nochevieja y de pronto tengo que hacer de nuevo la lista de deseos y propósitos para el 2011.
Al comenzar este año estaba segura de que esa lista volvería a quedar resumida a un papel de objetivos sin cumplir y sin embargo, para mi sorpresa, ha sido todo lo contrario. No tenía ni idea de lo que me esperaba. Ha sido un año realmente intenso en todos los sentidos. He pasado por todo tipo de emociones cuando menos me las esperaba.
No voy a olvidar ese sentimiento de libertad al empezar el año, de no tener que depender de nadie ni dar explicaciones por cada movimiento, de no tener que encender el tuenti aunque no me apeteciese.
Un poco más tarde pude saborear del placer de la perfección de las personas, de su bondad e irremediablemente me volví a enamorar como hacía mucho tiempo que no ocurría. Tampoco voy a olvidar las horas y horas de clase que pasé mirando a aquel tejado que representaba el concepto de felicidad de aquel amor imposible. 

Ni tampoco el día de mi cumpleaños con mis amigas con sorpresa y guía por Madrid incluida. Ni el intercambio de secretos en aquella cena. Ya en Mayo me dejé perder por el Retiro, empecé a ir al gimnasio y me conseguí reencontrar con amigas que hacía tiempo que no veía. En Junio descubrí una amiga súper importante para mí y me pinté la cara de rojo y amarillo para gritar como una loca “Viva España”. Por fin llegó el verano y con él el buen tiempo, el moreno, el tipazo, la relajación, la amistad, la playa, el buen humor; conocí gente nueva, gente increíble, nuevos amigos y me volví a enamorar. 



Septiembre hizo que te odiara por haberme enamorado y México fue el detonante para una depuración a fondo. 

Y también para el comienzo de una nueva etapa llamada Bachillerato. Y el reencuentro con mis amigas. Gracias a Dios llegó el mal tiempo, los paisajes otoñales y el frío que hacía más fácil dejar a un lado los recuerdos de un verano perfecto y centrar todo en el presente. 



Conocí a más gente y me volví a reír con ganas, los ojos se me volvieron a iluminar por chico diez. Descubrí a una amiga que en realidad siempre había estado a mi lado y también el significado de la palabra “ohana” para poder ampliar la mía.

 La Navidad, el colegio, mis amigas, mi familia, y todas aquellas cosas con las que empecé el año son curiosamente con las que lo termino. Y eso me hace feliz porque quiere decir que realmente valen la pena. No importa el camino que haya recorrido durante el año o si nos hemos distanciado. Vuelven a estar ahí. Como cada año.
Ha sido un año de descubrir la amistad, de enamorarme como una loca, de conocer gente nueva. También de viciarme a los blogs, desengancharme del tuenti, de escuchar temazos sin parar, echar de menos a todos los que están lejos y luchar contra el tópico de que los de humanidades no tenemos futuro.
Y agradezco al tiempo, me ha demostrado que las cosas buenas llegan en cualquier momento. Gracias a todos los que habéis formado parte de 2010 porque sin duda habéis hecho que sea el mejor año de toda mi vida. Con que el que viene sea la mitad de bueno que este seré la niña más feliz del mundo. Gracias de verdad.
Feliz año.
P. 

martes, 21 de diciembre de 2010

Are coming to town

Querido Papá Noel y Reyes Magos:



Como este año he sido muy buena y no he faltado a casi ninguna clase en todo el curso espero que me podáis conceder alguna de las cosas que os escribo en la lista de este año. Sé que muchas son simples caprichos pero hay otras, y vosotros sabéis muy bien cuáles, que necesito de verdad. Espero que vuestros elfos y pajes os hayan informado muy bien de mí y que podáis estar orgullosos.
Una vez dicho esto procedo a dar paso a mi lista:
- Suscripción anual a la revista ELLE
- Funda para la Blackberry
- "Aquel verano" de Cecilia Rodríguez
- Concierto de Akon
- Que Matthew McConaughey estrene peli


- Que Eclipse tarde poco en salir
- Volver a Cádiz
- Viajar a Marruecos

- Viajar a Roma
- Un hermanito
- Una casa nueva
- Conseguir una entrada para la pasarela Cibeles


- Reconciliarme con todas las personas que me importan
- Conservar a mis mejores amigas durante todo el año

- Que mi familia esté muy unida
- Verle de nuevo

- Que termine lo antes posible este curso escolar
- Aprobar todas
- Que se acabe la pobreza en el mundo
- Salir de la crisis
- Que todo el mundo tenga la oportunidad de ser feliz
Y ahora siendo realistas:
- Ray-Ban aviador
- Las bailarinas de Chanel
- Los monos de Dolce & Gabanna

- Un ordenador (portátil)
- Otro Ipod
- Dinero
- Una cámara de fotos Reflex
- Una cámara de vídeo
- Un cochecito (Para ir practicando... Me da igual Mercedes o BMW)
- Una moto para mi Papá

- Una tele (obvio de plasma)
- Otra Wii
Como el año pasado os portasteis muy bien os doy permiso para que este año añadáis algún regalito a mi humilde lista. Yo os prometo que si me concedéis estas cosas este año me portaré mejor aún, de verdad. Y en Nochebuena dejaré al pie del árbol zanahorias para los renos y avena para los camellos, y encima de la mesa del salón unas cuantas galletitas y leche entera, que sé que es la que os gusta.
Os quiere mucho
P.



miércoles, 15 de diciembre de 2010

Inspiración


Primera hora de la tarde. Un montón de deberes a un lado de la mesa. Examen del Quijote el viernes. Pero el reto más importante: A la Navidad también llegan los poemas por lo que me encuentro ante una hoja completamente en blanco en la que tengo que escribir en el espacio que guste una poesía navideña; la fecha de entrega es mañana. Saco un boli, un tippex (siempre habrá que corregir) y al cabo de un minuto decido que será mejor sacar también un lápiz y una goma porque va a ser una operación un tanto complicada. 
Después de diez minutos sin tener siquiera una frase enchufo un buen repertorio de villancicos a mis oídos a ver si me inspiran un poco. 

Ya empiezan a salir algunas palabras mínimamente relacionadas con estas fechas, de hecho, incluso empiezan a salir versos, porque, por supuesto, la poesía tiene que rimar.
Cuando parece que la cosa mejora suena el teléfono, al retomarla de nuevo toda la inspiración se desmorona así que doy un par de vueltas por la habitación, garabateo el folio con alguna campana, un arbolito de Navidad y muchas estrellas, pero a mí se me está empezando a agotar la paciencia y la tarde se me echa encima.

Decido prepararme una infusión para relajarme y me siento delante del Belén para incrementar la inspiración… ¡hay que ver qué bien sienta!

Cuando vuelvo a la habitación entro en un estado profundo de concentración y empiezo a escribir como una loca.
Una vez finalizada recibo una llamada de una de mis mejores amigas que me presenta la misma frase que yo le iba a plantear: ¿Te puedo leer mi poesía? ¡La he terminado! (Por cierto, es increíble) Intercambiamos nuestros versos, nos animamos mutuamente y al colgar veo a mi Querido Don Quijote a un lado de la mesa. Me espera una larga noche, pero creo que por el aprobado merecerá la pena.
Aquí dejo el resultado de mi tarde, con cariño
P.



Un año más en el mundo
las calles se visten de adornos,
Ferrero Roche, polvorón
y pudin en todos los hornos.

En cuanto a las calles e Iglesias
no os podéis ni imaginar,
todos los belenistas
lo que se han podido esmerar.

Entre las calles de Madrid
bajo todo el alumbrado,
mirando a los ojos del Niño
en uno de ellos me he parado.

¡Menudo recibimiento!
Una posada en Belén,
con su lado únicamente
a María y San José.

¿Qué querría transmitirnos?
Él nos dio la libertad,
pero tanto fiesta, tanto regalo
¿nos hacen feliz de verdad?

Este año he decidido
que al mundo debemos parar,
y hacernos una pregunta
¿y la auténtica Navidad?

Debe de andar escondida
en los ojos de algún fiel,
en las monedas a ese pobre
o en la sonrisa de esa mujer.

Al árbol, los trajes, los dulces
no tenemos por qué renunciar,
tan sólo debemos combinarlos
con la verdadera Navidad.

domingo, 12 de diciembre de 2010

Con sabor a Navidad


Por fin, parecía que este año tardaba en llegar pero es que la Navidad es así… se hace esperar. Y hace bien. Las calles se han vuelto a llenar de adornos, un poco menos que el pasado por la crisis pero la Navidad se respira igual en las calles, en las tiendas, en las casas que ya están vestidas con los nacimientos, adornos y árboles. Realmente necesitaba que llegase. Lo echaba mucho de menos. Echaba de menos el entrar al Corte Inglés a completar la lista de regalos de mis primos mientras de fondo suena algún villancico de Diana Krall o Nat King Cole. Y también los guantes, las bufandas y los gorritos. Y disfrutar de cada momento navideño: Empezando por la Plaza Mayor, a la que es absolutamente obligatorio ir y pasar por delante de Cortilandia.


.
Comprar chocolate caliente con churros. Coger un Ferrero Roche, quitarle el papelito dorado que nos indica que es un lujo el poder disfrutarlo y saborearlo lentamente. 

Pararse en cada puesto de castañas asadas aunque sea sólo par oler. Y poner los adornos en familia, con la chimenea encendida. Pararse en los escaparates de las tiendas que incrementan las ganas del 25. Envolver regalos y regalos y ver las caras de felicidad al abrirlos. 


Y hacer la lista de regalos que queremos desenvolver nosotros. Escribir tarjetas navideñas, comprar los sellos y enviarlos una semana y media antes de Nochebuena. También recibir las contestaciones. Y ver nevar. Que nieve muchísimo y que cierren el colegio para poder salir al jardín y echar una guerra de bolas de nieve como cuando era pequeña. 

Aunque el colegio tampoco está nada mal en Navidad, se respira otro ambiente. La concentración de cada niña esforzándose en hacer la poesía navideña más bonita, tierna e inspiradora. La emoción de la fiesta con todos los más pequeños disfrazados de pastores, ángeles o estrellas bailando. Y la actuación de las niñas del coro. Y sobretodo la ilusión de cada clase de perderse clase para inventarse el mejor villancico de todo el curso y ganarlo. Ensayarlo una y otra vez quedándonos afónicas pero llegando el último día lectivo de Diciembre y oyendo el nombre de nuestra clase como la ganadora. 

Me encanta encender la tele y ver que, como todos los años, echan esas películas de Navidad en la que el protagonista pierde la fe en Santa Claus y en todo lo referido a esta época y al final se da cuenta del verdadero sentido de todo y la recupera. Verlas todas seguidas, una detrás de otra en casa de mis abuelos tapada con una manta hasta la nariz. Y que mi abuela se ponga a cocinar mis platos preferidos mientras mi abuelo parte el turrón y nos invita a polvorones. Porque son esas cosas las que hacen a la Navidad tan especial, siempre que las sepamos combinar con ese pequeño Niño que está en el centro de todos los nacimientos en una cuna de paja esperando que podamos abrirle nuestro corazón a través de los demás. Intentar desgastarse en este tiempo de ayuda desinteresada y repartir felicidad.


Es una época para reencontrarse con gente que hace tiempo que no veíamos, para devolver favores, para reconciliarnos con aquellos de los que nos hemos distanciado por cualquier razón. Y también es una época para echar de menos a todos aquellos que no están con nosotros ya sea porque viven lejos o porque simplemente faltan. En estas fechas su ausencia se hace mucho más fuerte. Les echamos de menos sentados en la mesa con nosotros, o abriendo los regalos, o en Año Nuevo al abrazar a todos los que están a nuestro alrededor. Yo sobretodo echo de menos a mi madre, verla bailar en Nochebuena y Nochevieja con un precioso vestido negro, que me encienda una bengala y que me pinte la cara con purpurina. Pero también es en la época en la que más nos cuidan y se encargan de que nuestra Navidad tenga ese toque especial. Así que habrá que ayudarles.
¡FELIZ NAVIDAD!
P.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Para empezar

Empezaré contando un par de verdades que me describen bastante bien y cualquier persona que quiere saber cómo soy debe saber:
Me encanta pasar tiempo en familia y también ver como las parejas de ancianos conservan su amor intacto.
Me enamora una mirada de complicidad, una buena colonia y  la gente que es capaz de admirar.
Me chifla que me llamen Pitu.
Adoro las épocas del año en las que el tiempo se para, como Verano o Navidad.
Admiro la bondad de la gente, especialmente de aquellos que la tienen de forma natural, sin que su educación o religión sea lo que le condicione para ello.
Necesito tener todo apuntado en una agenda y planificar cada minuto de mi semana.
Me pone nerviosa que la gente no se acuerde de nuestras conversaciones y también la frase "cuéntame algo que me aburro".
Disfruto con cualquier tipo de dulce y observando a los demás cuando piensan que nadie los mira.
Si pudiese volver al pasado no cambiaría nada, pienso que todo pasa por algo.
Me considero bastante impuntual, un poco relativista, tolerante con el tabaco (aunque nunca haya dado una calada) y tan cabezota que me es fácil seguir mis principios.
Estoy totalmente de acuerdo con la frase "es agradable poder estar junto a alguien en silencio cuando ya le conoces".
Doy mil vueltas a todas las conversaciones y las planea con mucha antelación considerando todas las posibles respuestas y reacciones.
Leo "Posdata: Te quiero" cada Navidad y todo lo que sé de la vida me lo ha enseñado Tintín.
Suelo dar falsas esperanzas a los hombres involuntariamente.
Me hace gracia mirarme en el espejo cuando lloro.
Detesto la fruta escarchada en el Roscón de Reyes y que añadan a mis bebidas a la naranja una rodajita de limón.
Opino que la mayoría de la teorías psicológicas son falsas y que nunca se debe generalizar.
Relaciono las canciones con épocas de mi vida y luego lloro con ellas.
Soy nostálgica por naturaleza.
Supongo que la razón por la que calculo y estudio previamente la reacción de las personas es tener un padre que se dedica al marketing.
Odio los cambios, la hipocresía y que la gente sea insensible ante el dolor ajeno.
Creo que el mexicano es el mejor acento del mundo después del andaluz.
Sueño con una fiesta sorpresa, un reencuentro inesperado, un beso bajo la luvia y con formar una familia.
Pido que mi familia siempre esté unida.
Agradezco a mi padre que me haya enseñado a coger los problemas de cara y afrontarlos.
Me gusta pensar que después de esta vida viene otra mejor.
Richard Gere me parece sexy.
Fui a clases de Flamenco hasta los trece años. Mi primer concierto fue de LODVG.
No me gustan los hospitales, ni siquiera para ver a un recién nacido. Y tampoco me gusta el fútbol, sólo los mundiales.
Siempre que querido hacerme un tatuaje o piercing aunque en el fondo me paezca hortera.
Soy más observadora que habladora.
Me enamoro de verdad, rápido y me dura mucho. Nunca he besado a nadie de quien no estuviera enamorada.
La frase que más me ha hecho reflexionar y cambiar mi modo de vivir es que sin duda alguna la alegría de vivir se encuentra en en esos PEQUEÑOS INSTANTES DE FELICIDAD.
P.